Campaña contra la iluminación nocturna

Casualmente, andaba yo colgando en redes sociales la imagen casera que acompaña a este texto, cuando escuché en Radio Nacional a un experto en energía. Comentaba que los generadores de energías limpias y renovables no son ni serán suficientes para el enorme consumo de la sociedad actual, y que las ciudades deberán seguir nutriéndose con energía nuclear si continúa el estilo de vida que conocemos hoy.

En el caso particular de Lucena, un pueblo del interior de Andalucía en donde las temperaturas veraniegas son elevadas, la población duerme con las ventanas abiertas durante esas noches calurosas. Pero el exceso de iluminación de las calles, y sobre todo de los monumentos, está cambiando esta sana costumbre. Por este motivo, cada vez más ciudadanos prefieren cerrar las ventanas y dormir con el aire acondicionado encendido.

Debido a ello, tenemos un doble derroche de energía eléctrica:

La iluminación en el exterior, y los aires acondicionados en el interior.

En cambio, hay ciudades con ayuntamientos concienciados, en las que se apaga la iluminación del patrimonio histórico a partir de la medianoche. Refiero el caso de una sola, Mallorca, y ello a pesar de que esta ciudad vive de su imagen y su economía depende del turismo.

Esperemos que este asunto llegue al consejo local de medioambiente, y que el ayuntamiento no vete la iniciativa protegiendo a los monumentos antes que a las personas, como hizo en el caso de los decibelios. Ya son demasiados los abusos que se cometen en nombre de la "cultura"...